"Días de Playa", cuento realizado con elementos del Poema "Margnificiencia"

Al llegar se sentía la calma de su entorno, su gente, las calles empedradas, muchas curvas en subidas y bajadas, y un sol dorado que acompañaba mi andar. En la posada de madera, cercana a la playa a unos 200 mts., el mar con una fuerza hipnotizante me atrae, inmediatamente me dirijo hacia la playa sin desempacar, disfrutando de la suave caricia de la brisa en mi rostro con ese exquisito olor a mar, y ese sonido cautivador, atrayente, como un suave susurro de una multitud.

Ya en la playa, el fuerte murmullo del mar conmueve, engrandece al alma mía y me invita a nadar es una forma de abrazarlo. Mientras va sucediendo el día me conduce a un placentero reposo en sus arenas blancas como la nieve. Demasiada magnificencia, conmueve.

A medida que me acercaba más a la orilla escucho me nombran, “¡Ana!”, miro a un costado y veo a un amigo oriundo del lugar, que hace años no veía en Buenos Aires donde lo conocí, “¡Adilson!” exclamo, nos abrazamos, iba a pescar con su famosa caña, lo acompaño hasta su bote, juntos nos adentramos. Entre charlas y buenos recuerdos, una pesca activa, ya estábamos listos para regresar. Antes que baje el sol ante una buena pesca hicimos pescado a la parrilla coronando así el espléndido día con esta exquisita producción. Risas y anécdotas compartidas mientras tanto el cielo azul noche nos alcanzó.  

Pacíficamente, así pasaron aquellos días entre el disfrute y bienestar, todo frente al imponente mar.