"Por un Momento", primer cuento con un nuevo elemento de otro cuento
Por un Momento
Pasados más de dos años de transitar la vorágine de un
mundo en pandemia me alcanza por un momento, un cálido atardecer.
En su plácido jardín, se encuentra Ella, rodeada y
disfrutando del verde de sus plantas, árboles y flores. Especialmente, de sus
rosas chinas que tanto le gustan que a medida que florecen son observadas con alegría
al igual que el paso fugaz de algún colibrí. Blanquita, la gata mimada de Ella,
brinca al muro que nos separa de la casa del vecino, llama la atención con
maullidos suaves. Me genera mucha paz esa convivencia con la naturaleza, los
olores del jardín, el jugueteo de Dana, festejando mi presencia con ladridos,
moviendo su gruesa cola y ojos tan expresivos, casi humanos.
No sé que hacer, si seguir disfrutando de la flora y
fauna presente en el jardín ó dejarme llevar por el aroma que me lleva dentro
de la casa, qué es? ah, como no reconocer las ricas hierbas que se huelen en el
ambiente, las cuales, condimentan el mate ya listo sobre la mesa del comedor.
Él habla y escucho su voz. Me mira y da un mate orgulloso de su preparación,
con el amor de siempre. De pronto, estamos los tres. De fondo comienza a sonar
en la radio “Al compás del Tamboril”, automáticamente como era costumbre
“Ellos” con solo mirarse comenzaron a bailar deslizándose por toda la casa. Era
algo que llevaban en la sangre, no se los podía parar y bailaban tan bien que
era un placer verlos. Cuando no bailaban seguro él te cantaba con armoniosa
voz.
“Siga
el Baile, Siga el Baile,
De
la tierra en que nací,
La
comparsa de los negros,
Al
compás del tamboril”
¡El tiempo va pasando tan rápido que no nos damos cuenta! Aprovecho un mate más y sigue estando tan rico como el primero. Se acerca la noche y debería irme, "nos vemos pronto", digo a mis padres y me despido con una sonrisa apoderándome de una flor del bello del jardín.
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