"Por un Momento", primer cuento con cambio de género, de emotivo a cómico
Por un Momento
Pasados más de dos años de transitar la vorágine de un
mundo en pandemia me alcanza por un momento, un cálido atardecer.
En su plácido jardín, se encuentra Ella, rodeada y
disfrutando del verde de sus plantas, árboles y flores. Especialmente, de sus
rosas chinas que tanto le gustan que a medida que florecen son observadas con alegría
al igual que el paso fugaz de algún colibrí. Blanquita, la gata mimada de Ella,
brinca al muro que nos separa de la casa del vecino, llama la atención con
maullidos suaves. Me genera mucha paz esa convivencia con la naturaleza, los
olores del jardín, el jugueteo de Dana, festejando mi presencia con ladridos,
moviendo su gruesa cola y ojos tan expresivos, casi humanos. De repente,
empieza a juguetear con Blanquita quien salta sobre la falda de Ella y luego
sobre la planta de rosas, rompiendo la armoniosa paz y Ella vociferando en
medio del correteo de ambas mascotas jugueteando, mientras reímos, entre mis
piernas se mete Dana haciéndome tambalear, también me sumo con palabras no muy
correctas hacia la perra, quien me mira y mueve su cola como retándome a
correrla, ay! esta bendita Dana quien nos alegra la tarde y hace jugar.
Luego del divertido incidente con Dana y sacándome los
pelos que me quedaron no sé que hacer, si seguir disfrutando de la flora y
fauna presente en el jardín ó dejarme llevar por el aroma que me lleva dentro
de la casa, qué es? ah, como no reconocer las ricas hierbas que se huelen en el
ambiente, las cuales, condimentan el mate ya listo sobre la mesa del comedor.
Él habla y me da un mate orgulloso de su preparación, con el amor de siempre.
De pronto, estamos los tres. Un mate más, sigue estando rico como el primero.
El tiempo pasa y me voy despidiendo sin prisa, "nos
vemos pronto", digo a mis padres con amplia sonrisa apoderándome de
algunas de las flores que quedaron sueltas después del jocoso jugueteo en el
jardín.
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