Tercera Cónica, "El Mundo en Jaque", Covid-19 Pandemia
La pandemia de Covid-19 causada por el virus SARS-CoV-2, su epicentro se cree se dio en la ciudad de Wuhan, China, ya que ahí se conocieron los primeros casos vinculados al mercado de mariscos en diciembre de 2019 por un brote de neumonía no conocida que rápidamente se dispersó a toda la humanidad. El 30 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró emergencia de salud mundial y el 11 de marzo del mismo año declaró que el mundo estaba en una pandemia.
Aún
existen dudas sobre el origen del virus, si la trasmisión se produjo de
animales hacia humanos o si fue una filtración de laboratorio lo que se cobró
millones de vidas alrededor del mundo. Todavía existe la discusión.
Los
síntomas de la enfermedad pueden ir de moderados a intensos dolores de cabeza y
garganta, fiebre alta, severa dificultad respiratoria, agotamiento muscular,
diarrea, tos seca, pérdida del gusto y olfato. La mayoría de la población no
requiere internación, pero sí reposo y aislamiento en su hogar para evitar la
cadena de propagación social de una persona infectada por medio de las
gotículas de la boca o nariz que salen al exhalar o toser. Para la prevención, fundamental
el uso del tapabocas (aunque debería llamarse tapaboca-nariz), acompañado de
distancia física, lavado de manos, toser sobre el pliegue del codo y el empleo
de alcohol pulverizado sobre manos y superficies.
El
primer caso confirmado en la Ciudad de Buenos Aires fue el 3 de marzo 2020 por
un viajero proveniente de Europa. El 19 de marzo se comunica en Argentina el
aislamiento social, preventivo y obligatorio ejecutado por el Poder Ejecutivo
Nacional con la finalidad de evitar una masiva propagación del virus. La
población aislada dentro de sus casas, no podía salir a realizar ningún tipo de
actividad excepto si pertenecías a los llamados trabajadores “esenciales” que
nunca dejaron de hacerlo y, las compras necesarias de alimentos. Locales
cerrados de todos los rubros como restaurantes, también centros educativos,
clubes, gimnasios, estadios de fútbol, iglesias, teatros y cancelaciones de
conciertos y shows, entre muchos otros. Había control policial en los distintos
lugares.
Todos
los países debieron enfrentarse a este enemigo invisible que hasta ese momento
no había una medicación, la medida de la cuarentena con sus distintas fases en
nuestro territorio -entre otras series de medidas- dispuesta por especialistas
en epidemiología impidió una catástrofe sanitaria del coronavirus en la
sociedad. La existencia de una política de salud preventiva generó el efecto
esperado, que la gente se contagie de forma progresiva para cuando llegara el
pico máximo de contagios la capacidad hospitalaria sea la óptima para contener
a los enfermos. En otros países en cambio, por no adoptar el aislamiento social
adecuado, sus centros de salud colapsaron provocando miles de trágicas muertes
hasta en masas.
El
triste y lamentable reporte de la información epidemiológica al 11 de
septiembre de 2022 los confirmados totales desde que empezó la pandemia es de
9.697.763 y total fallecidos 129.830 en todo el territorio argentino, según el
Ministerio de Salud de la Argentina. En medio de tanto dolor por las muertes
repentinas en distintas partes del mundo -sobre todo el porcentaje más alto de
muertes dado en personas de la tercera edad y de riesgo- se aguardaba con
profunda esperanza que se desarrolle rápidamente un medicamento. El sonido de
sirenas abundaba entre datos estadísticos que se brindaban todos los días sobre
los contagiados, internados y la capacidad de camas disponibles en los
hospitales, ambulancias que se desplazaban con urgencia en búsqueda de aquellos
que más necesitaban ayuda para ser trasladados a los nosocomios.
Trabajadores
de la salud estaban presentes en la primera línea en la lucha contra el
coronavirus, inmersos en las unidades de terapias intensivas con total
compromiso a los pacientes internados en cuidados intensivos, permanecieron
fieles a la profunda labor durante meses y sin días de descanso a pesar que no
contaban totalmente con la cantidad necesaria de insumos y recursos, y con
salarios muy por debajo en relación con la gran responsabilidad y tarea
descomunal que ejercían. A pesar de ser mal pagos, hubo un gran debate que
expuso las prioridades de un estado/gobierno que tiene otros intereses por
sobre la salud.
Los
enfermeros y médicos se mantuvieron firmes en sus puestos, con sus prendas de
protección personal como batas, guantes de latex, cofia, gafas y barbijos con
protección facial, puestas por largas horas, que marcaban sus rostros. Agotados
y estresados, ellos sabían con certeza el lugar fundamental que ocupaban, aunque
estaban aquellos individuos que no valoraban el rol que ejercían los
profesionales en el ámbito de la salud y les dejaban mensajes discriminatorios
y amenazas en sus propiedades exigiéndoles que se fueran porque no querían ser
contagiados ellos ni sus familias.
Tras
un panorama asolador por tantas tragedias nos encontramos en aquellos días
oscuros con músicos profesionales que desde sus balcones brindaban su talento,
transmitiendo con sus voces -junto a sus instrumentos- sentimientos de ánimo en
medio de tanta incertidumbre. Sus breves conciertos que emocionaban y nos
regalaban una caricia al alma creando lazos con “el otro” con la buena
intención de que todo sea por un momento más tolerable mientras se permanecía
dentro de las casas.
Las
calles, avenidas y autopistas casi vacías condujeron a la caída de la
circulación de vehículos por el confinamiento provocando una significativa baja
de la contaminación sonora, y esa quietud en las distintas ciudades del mundo
dio lugar a que animales se adueñaran un poco de las ciudades saliendo de sus
hábitats naturales. En los distintos medios de comunicación pudimos observar
carpinchos en el Norte de Buenos Aires, un cóndor en la ciudad de Mendoza, un
puma en las calles de Chile, en Lima Perú cientos de aves en una playa, un
zorro en San Francisco, un jabalí en Barcelona, un oso, pavos reales, patos y
cantidad de pájaros en Madrid. Jabalíes también se vieron en Italia, y
precisamente en Venecia por la falta de movimiento de los botes en los canales
las aguas estaban transparentes y se podía observar gran cantidad peces en
ellas. Cabras por Llandudno (Gales) Reino Unido, particularmente pelícanos en
Londres, chacales y jabalíes en Israel, un número importante de monos en
Lopburi, Tailandia, cientos de palomas invaden una plaza en Katmandú Nepal, y
muchos ciervos caminan por Japón. Otros tantos animales se vieron en otras
ciudades desoladas durante el primer tiempo de la cuarentena.
Este
era el contexto que se vivía en todo el mundo y el permanecer en las casas
también provocó cambios en los hábitos cotidianos de las familias quienes se
reencontraron en un mismo tiempo y espacio. La necesidad de contacto con el
exterior repercutió en la salud mental y física. Y como siempre sucede aquellos
que se encuentran en situación de más vulnerabilidad y pobreza fueron los más
desprotegidos. Con el paso de los meses, a través de las fases, se fue abriendo
la cuarentena y se dio lugar al resto de los rubros de trabajos, es decir solo
podían salir a trabajar aquellas personas autorizadas. Asimismo la pandemia
condujo a replantear la modalidad de enseñanza virtual que emergió a principio
de la cuarentena.
Los
estudiantes tuvieron que aprender a través de un nuevo formato y los docentes a
incorporar las nuevas tecnologías a la enseñanza. Las clases a través de un
vivo, de videollamados. Una nueva experiencia para todos y todas. En la
virtualidad el material está disponible en todo momento. Se conquistó un nuevo
espacio y se postergó por un tiempo el espacio presencial, es decir se postergó
esa socialización tan importante, ya que la eventualidad crítica lo requería.
Las tecnologías permitieron entonces avanzar con el calendario educativo,
aunque un porcentaje importante no contaba en su casa con computadoras y
alcance a internet. También fueron afectados por la falta de infraestructura
los barrios más vulnerables de las distintas ciudades. “El establecimiento
rodea los parajes que son alejados en esta zona donde no tenemos internet y los
profesores se trasladan en sus motos, vehículos para llevar los trabajos a los
chicos”, cuenta Fidel Montiel director del Centro Educativo Rural El Colchón de
la Provincia del Chaco con la finalidad de sostener la escolaridad de los
alumnos del secundario. Este es uno de varios testimonios tomados del video “De
vuelta a las aulas”, estudio realizado por Unicef Argentina que comparte las
experiencias del regreso a la presencialidad en 2021.
“Nosotros
empezamos a trabajar la revista escolar tanto con los audios y videos
explicativos cuando empezó la pandemia” dicen desde el equipo de docentes del
colegio Gregorio A. Lamadrid, secundario rural de Chicligasta provincia de
Tucumán. Lucila Bravo, estudiante agrega, “Mientras ayudábamos a nuestros
compañeros nos hemos dado cuenta que había profesores que estaban en el proceso
de aprender y los hemos incorporado a algunos profesores. Había otros
profesores que sí tenían conocimiento y nos ayudaban a nosotros a hacer, era
una ayuda mutua”. Respecto a la utilización de los recursos tecnológicos, y
producción de contenidos también hubo cooperación entre profesores y alumnos.
“De pronto no solo nosotros les proporcionamos herramientas a los alumnos, sino
que ellos también buscan tener un aprendizaje más significativo y nosotros
vemos que a partir de su creatividad lo logran”, Marcelo Bazán, uno de los
profesores.
“Nuestros
estudiantes la mayoría pertenecen a la comunidad sorda. Con lo inesperado de la
pandemia nos encontramos con el desafío de ver como ellos podían seguir
aprendiendo a través de videos accesibles que tengan todos los lenguajes y se
adapten a todas las familias. Con el retorno a la presencialidad comenzamos a
trabajar en burbujas, por lo tanto, tuvimos que continuar con nuestros videos
accesibles para garantizar que la propuesta de la enseñanza llegue a los
hogares y pueda ser realizada por nuestros chicos”, María Olivia Rodríguez,
directora Escuela de Educación Integral N° 25 Concordia provincia de Entre Ríos
comparte acerca de ese volver a las aulas de manera paulatina. También desde el
paraje Las Lagunitas provincia de San Luis, Walter Domínguez, director de la
Escuela Primaria Mtro. Jacinto Pérez N° 360 decía, “Cuando volvimos a la
presencialidad apareció esto de mandarles audios por WhatsApp, si bien en la
casa no hay una conexión entonces los papás me mandan un audio a mí, algún
mensaje y luego le daba el celular al chico cuando venía hacia la escuela donde
entraba la conexión, entraba el mensaje y ahí podía yo responderles. Hemos
logrado se vincule la familia a las tareas de los chicos”.
Otro
testimonio del equipo de trabajo educativo desde San Salvador de Jujuy, “El
trabajo interdisciplinario nos salvó como institución en un contexto de
pandemia. Posibilitó que nuestros chicos pudieran abordar temáticas y
problemáticas que los atraviesan en su vida y también permitió a los docentes
reflexionar sobre lo que les pasaba a sus estudiantes que es un sostén
emocional y un intercambio de saberes”, Valeria Arroyo Asesora Pedagógica del
Bachillerato N° 2 Escuela Secundaria. Hubo toda una reorganización del trabajo
docente dispuestos no solo a enseñar sino a acompañar y sostener a la educación
en todos sus niveles y modalidades.
En
el 2021, con el esfuerzo de grupos de científicos de distintas partes del
planeta se empieza a desarrollar una vacuna en tiempo record como nunca antes
junto a la predisposición de cientos de voluntarios preparados a probar las
vacunas en sus cuerpos. Se abre de esta manera un panorama distinto. Cuando una
persona se vacuna no solo se protege a sí mismo sino a aquellos que son de
riesgo, con el sistema inmune debilitado que no pueden vacunarse, personas de
tercerea edad y recién nacidos. Es un acto de protección recíproco, personal y
también de cuidado para con los otros. Cuando más de la mitad de la población
mundial son vacunados se hacen inmunes entones el virus tiene inconvenientes
para vivir y se ralentiza.
En
el Documental “Coronavirus en pocas palabras” manifiesta que algunos equipos de
científicos tuvieron alguna ventaja ya que el Covid-19 no fue el primer
coronavirus que obligó a la búsqueda de una vacuna sino que hubieron
previamente dos grandes brotes de virus como el Sars en 2003 y Mers en 2012.
Muchos científicos comenzaron en aquellos momentos a trabajar en una vacuna y
se ha aprendido mucho sobre el coronavirus y su biología debido a estos dos
últimos brotes.
En
el 2018 la Universidad de Oxford llevó un candidato contra el Mers a las
pruebas con humanos esperando detener el siguiente brote de este raro virus
pero un año después este último coronavirus, el Covid-19, se dispersó. Como era
similar al estudiado el equipo adaptó la vacuna del Mers a la del Covid,
tomando este importante atajo y no tener que empezar desde cero analizando el
virus, pasaron rápidamente la primera etapa de las pruebas, con la posibilidad
de tener millones de dosis en poco tiempo. Esto explica el documental y agrega
que el científico Peter Hotez de Houston, Texas, también hizo una prometedora
vacuna contra el Sars hace unos años pero no pudieron continuar por falta de
fondos para los ensayos clínicos y no tuvo financiamiento público.
Este
episodio informa que durante la epidemia en 2009 de gripe porcina una empresa
Australiana fue una de las primeras que fabricó una de las vacunas y el
gobierno la obligó a vender primero dentro del país. Canadá hizo un movimiento
similar, mientras que EE.UU. prometió donar parte del suministro aunque
esperaron hasta que la epidemia terminara, por lo tanto, sí importa donde se
fabrica la vacuna ya que existe el nacionalismo de vacunación. EE.UU. quiere
comprar las compañías de biotecnología con mejores contendientes. Existe una
larga tradición de poner el interés nacional por encima de los demás y esto se
relaciona con los que tienen el dinero. Pero la ciencia nunca es nacional, sino
que debe servir a la humanidad, el compromiso de garantizar el acceso a la
igualdad es clave. El tratamiento y vacunas debe ser para todo el mundo.
Además,
el episodio “La carrera para llegar a la vacuna” cuestiona, ¿Cuánto debería
costar la vacuna? ¿Los países ricos deben pagar más que los países pobres? ¿Y
si la vacuna es desarrollada por una empresa grande cuánto dinero se le
permitiría ganar por venderla? Pero una vacuna solo funcionará si la reciben
miles de millones de personas incluyendo a quienes no pueden pagarla. Para
terminar con una pandemia se necesita la inmunidad colectiva, un 60% del mundo
debe hacerse inmune, es decir un casi 4.7 mil millones de personas.
Como
dice el reconocido Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, en su
libro “La Gran Brecha” en el cap. “El Ébola y la desigualdad”, relata que esta
enfermedad (el Ébola) deja sus enseñanzas sobre qué hacer con las sociedades
desiguales. Las crisis nos recuerdan las desventajas de la globalización. La
brecha entre el 1 por ciento y el 99 por ciento restante se agranda aún más
entre los que más y menos posibilidades poseen. Hasta los sectores de extrema
derecha quienes tienen la intención de desmantelar las instituciones públicas,
recurren a ellas en este tipo de tragedias. Los gobiernos no realizan un
trabajo perfecto, pero siempre el sector privado saca ventajas con los
subsidios y evasión al Estado, dejándolo ineficiente. La falta de estímulo del
sector privado en generar vacunas y respuestas hacia poblaciones más vulnerables.
Hace falta una amenaza para que los países avanzados inviertan en dar respuesta
sanitaria por medio de vacunas y medicamentos. Las crisis ponen en tela de
juicio la dependencia al sector privado para hacer cosas que los gobiernos
hacen mejor.
Si
bien la disponibilidad de vacunas en la pandemia no se hizo esperar mucho, aun
así, las desigualdades socioeconómicas existen e influyeron siempre. Los países
desarrollados tienen la oportunidad de alcanzar más rápidamente las respuestas
para sus habitantes. Mientras que las naciones con menos niveles de bienestar, tuvieron
que pasar por algunos inconvenientes para que les llegara el suministro de
vacunas, cuestión que se solucionó a tiempo para la inoculación.
Por
otro lado, la aplicación de la vacuna pudo avanzar pese a tantas fake news que
ponían en duda el origen y los efectos de las mismas. Las controversias acerca
de si era o no bueno vacunarse, cuál sería el mejor laboratorio, si se podría
combinar las distintas vacunas y sus riesgos, generaban un debate en la población,
pero la aceptación fue amplia a pesar de los dilemas.
El
acceso a la salud debe ser equitativo sin poner en peligro la vida de las
personas. La salud no debe ser un negocio. En este sentido Eduardo Galeano
cita, "A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de
igual a igual, la caridad se practica de arriba hacia abajo, humilla a quien la
recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder". Dar apoyo y
estar a favor de la igualdad proporcionará siempre justicia social.
Cabe destacar el trabajo y entrega de los profesionales de la salud, realizaron una tarea titánica. Ellos se convirtieron en la fortaleza y el sostén de una sociedad a merced del virus. Estos trabajadores eran aplaudidos en las noches por la sociedad desde los hogares con sentimiento de gratitud valorando a todos los médicos, enfermeros, camilleros y equipo que han puesto su vida en riesgo e hicieron que el sistema de salud continuara aun con el temor de contagiarse y contagiar a sus familiares, y quienes despedían con emoción a aquellos pacientes que lograban sobreponerse a la enfermedad y volvían a sus hogares.
Tener memoria colectiva de los acontecimientos, junto con el recuerdo a las víctimas del Covid-19, donde muchos seres amados, como mis padres, ya no están entre nosotros, una cicatriz queda a lo largo de todo el mundo, para que no olvidemos esta gran dolencia mundial. Esto nos debe encauzar a estar más preparados, sensibles y atentos ante otras posibles crisis que podamos atravesar en el futuro. Poner la mira en todo aquello que es de importancia y que necesitamos como sociedad.
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